5 consejos para que tu salón de belleza enfrente el mercado post pandemia

Según Kantar, líder global en datos, insights y consultoría, el sector de belleza fue uno de los que más se transformó durante el aislamiento social en Brasil y en el mundo. En Brasil, 58% de las personas pagan por hacerse algún tratamiento en los cabellos al menos cada dos meses, lo que representa 61 millones de individuos versus 40% del promedio global.

Los salones de belleza, así como también las barberías, tuvieron que adecuarse con diferentes medidas para cumplir todos los requisitos del Ministerio de Salud en relación a la prevención contra COVID-19.

Pensando en esto, conversamos con Juliana Lignelli, agente de innovación de Sebrae Santo André, que nos trae 5 consejos esenciales para adaptar tu negocio a estos nuevos tiempos:

Salud financiera

Lo ideal es preservar el capital no solamente en este momento en que el salón está funcionando con restricciones, pero también cuando se retomen las actividades normalmente, pues estamos afrontando una recesión económica. Un buen comienzo es mirar hacia el número de productos sin vender, excedentes y con fecha de caducidad cercana en stock y ofrecerlos a los clientes con precios más convenientes. Es bueno recordar que es un buen momento para repasar o crear una hoja de cálculo financiero con los gastos de la empresa, con precios unitarios de todos los servicios y productos, además del costo operacional y fijo para poder identificar los principales cuellos de botella y pensar en el corte de gastos.

 Medidas sanitarias

Lo más importante es que en la peluquería se sigan las recomendaciones de las medidas preventivas de tu municipio y cumplir con todas sus exigencias. Nos dimos cuenta que por lo general, las principales exigencias son además del uso de mascarilla facial y tener siempre disponible alcohol en gel, mantener por lo menos 1 metro de distancia entre las personas es esencial. Por tal razón, la peluquería deberá revisar como están posicionadas las sillas, camillas, recepción, lavabo, etc.

Evitar aglomeraciones es fundamental, o sea, estudie el aumento e intervalo del tiempo de atención entre los clientes. Es bueno también pedirle al cliente que llame antes para saber si hay otras personas esperando, por ejemplo, cuando quiera ir a la peluquería sin tener una cita previa. Mantener las ventanas y puertas abiertas para la circulación de aire también es recomendable, además de preservar a los empleados que son de los grupos de riesgo, o aquellos que presenten cualquier síntoma de COVID-19.

 Atención a domicilio

Cerrar el espacio es una decisión difícil, pero puede ser mucho más acertada cuando el costo de alquiler se vuelve muy caro. Y en algunos casos, inviable. Es muy común de que se hagan algunos tipos de trabajo como estética, depilación y manicure en las casas de los clientes. Los servicios de cabello también podrán ser adaptados, al final, algunos tratamientos exigen el lavado durante el proceso. Para garantizar el flujo de clientes, vale la pena mostrar los beneficios de que vayas hasta la casa de la persona. Por ejemplo, si al cliente el salón le parecía lejos, si dispone de poco tiempo o si tiene hijos pequeños, la atención domiciliaria es una buena alternativa. También es importante mostrar el cuidado que llevas con la esterilización de productos y medidas de higiene.

¡Información importante!: Ya sea la atención en la peluquería o en la casa del cliente, el profesional de belleza deberá vestir mascarilla facial (se recomienda que se la cambie al llegar a la casa del cliente o entre una atención y otra, usar guantes, desinfectar todo el equipo antes de cada cliente y cuidar también el aseo de los calzados.

Fidelización

La fidelización es esencial, pero lo más importante es conocer para quién y cómo vas a ofrecer los llamados: programas de fidelización. Por lo general, tarjetas de fidelidad o paquetes vienen asociados a beneficios. Pero, no sirve de nada ofrecer un beneficio que no le sea interesante al cliente. En caso de que sea un cliente que hace solamente procedimientos de alisado o mechas en la peluquería, quizás el corte no sea tan interesante, o un pack de manicure, que un producto que le ayude a mantener el cronograma capilar de hidratación en casa. Piensa en lo que tu cliente más necesita, ese es un camino interesante para crear ofertas irresistibles.

Destaque de éxito para clientes que frecuentan siempre el salón de belleza:
En el período de cuarentena, cuando todos los salones tuvieron que cerrar. Eliane Leite de Casa das Princesas, vendió varias líneas de productos para que sus clientes se cuidaran el cabello en casa.

“Les indico y las clientes aman los tratamientos de mandioca y el efecto de tela de la línea de Grankera”, cuenta Eliane

 Venta de productos Home Care

Con la pandemia, muchas mujeres tuvieron que empezar a cuidarse en casa, principalmente aquellas que estaban acostumbradas a lavarse y peinarse el cabello semanalmente en la peluquería. Y estos hábitos pueden perdurar hasta el fin de año o inicio del 2021. Por eso, varios profesionales del área de belleza empezaron a dar consejos, principalmente en las redes sociales y por whatsapp sobre tratamientos para mantener los cuidados en casa.

Muchos profesionales empezaron a orientar a sus clientes por atención on-line. Este tipo de consultoría incluye indicación de productos y mejores tratamientos para hidratar y recuperar los cabellos en casa. Los profesionales empezaron a atender a sus clientes de manera personalizada también en la indicación de los productos de uso home care. Es mucho más de que solamente vender, al final, el profesional conoce el cabello de su cliente y sabe lo que realmente va a tener éxito en términos de shampoo, acondicionador, máscara y finalizador.

Negociación

Negociación y sentido común son las palabras clave para sobrevivir a este período con más aliento. Vale la pena conversar con proveedores, empleados y también el dueño del inmueble.

Para más consejos y cursos gratuitos, ponte en contacto con el Sebrae en el  +55 0800 570 0800. https://m.sebrae.com.br/sites/PortalSebrae/cursosonline

Texto por: Maria Cláudia Aravecchia Klein

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